Son una serie de fortificaciones defensivas que se encuentran diseminadas por casi todas las provincias.
Estos en concreto, fueron construidos en 1936 por las tropas nacionales bajo el mando de Queipo de Llano, desde donde se llevó a cabo las operaciones de campaña durante el invierno de ese mismo año.
Se encuentran bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Construidos en hormigón, estos búnkeres se emplazan junto a las principales carreteras de la comarca.
Se encuentran en un terreno elevado donde se aprecia la buena dominación visual que tienen y están conectados unos con otros subterraneamente mediante una serie de pasillos con los que sus defensores podían pasar semanas sin salir de ellos.
Interior de una de las cúpulas
Pasillos interconectados.
Sin lugar a dudas, a estas fortificaciones aún les queda estar en pie muchos años.
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